A las 10.00 horas, el salón de juegos simula ser simplemente una cafetería de este barrio del sur de Córdoba.

La Mañana.

Siete abuelos desayunan café con leche en vaso de caña y media tostada con aceite. En la barra, junto a las mantequillas Zas y Tulipán y la lata de paté king size, un cliente de unos sesenta años que apura un chupito de zumo de naranja servido en un catavinos lee Diario CÓRDOBA y bromea sobre la llegada del leopardo Phortos al zoológico: «que lo traigan un rato a mi calle a ver si poda los árboles», afirma jocoso. Tres pantallas cuelgan de la pared: la de la izquierda retransmite un partido de tenis del open de Córdoba (Argentina) entre Carlos Taberner y Andrej Martin (al final perdió el español), en la de la derecha unos galgos calientan antes de una carrera en Waterford (Irlanda) y la del centro ofrece información instantánea de resultados y competiciones de varios deportes. Bajo las televisiones y junto a los paisanos, tres máquinas de apuestas deportivas que admiten monedas y billetes publicitan los «Próximos Eventos» y las «Apuestas en vivo» de tenis, baloncesto, carreras de galgos y, claro, fútbol. Feliciano López VS Richard Gasquet, Real Madrid VS Real Sociedad, Laslo Djere VS Pedro Martínez, etcétera. Desde dentro de la barra se controla una pantalla con imágenes de las cámaras de vigilancia de una vacía trastienda donde aguardan 22 máquinas y una ruleta. Es temprano, aún no hay nadie jugando. Dos camareros ataviados con camisa, chaleco y un abridor de botellines imantado a un cinturón, atienden amablemente al personal mientras siguen las voleas y los restos. Un simple bar de barrio. Suena música tecno cuando uno de los clientes de la barra, varón, unos 50 años, se acerca y juega una apuesta. (Seguir leyendo en Diario Córdoba)