Zahara provocó anoche un pequeño Big Bang en el Gran Teatro. Con las ganas que tenía Córdoba de ver de nuevo a la artista ubetense, el teatro se llenó y ella dejó su luz a los asistentes después de repasar las canciones más íntimas de su repertorio. Y aunque no engañó, pues desde el principio advirtió de que en este concierto no habría «ni lentejuelas ni baile», el espectáculo tuvo más energía de la previsible, porque es cierto que los «bajones» no están reñidos con la potencia. (Seguir leyendo en Diario Córdoba)