Rescatar el coche de los veinte años, arrancarlo, tomar un cd antiguo de la guantera, play, lamentarse, subir el volumen, conducir por la circunvalación, imaginar que la ciudad es una gran ciudad, mirarla desde lejos, tomar una carretera hacía el pueblo más cercano, detener el vehículo en mitad del camino, volver, volver a mirar la ciudad, pasear por los polígonos industriales vacíos, recordar el sonido de la retransmisión del último gol que marcó Pelé con el Cosmos, recordar que en 2013 leí el cuento Casa Tomada de Cortázar, volver a ver Rebeca, reafirmarse en la importancia de estar sólo en un sitio en cada momento. Ser consciente de que limpiar el coche en un autolavado no conlleva obligatoriamente que quien lo conduce se sienta limpio.
Las cosas 