Juan Luis Arsuaga (Madrid, 1954. Codirector de las Excavaciones en la Sierra de Atapuerca) no quita ojo de la cabeza de un efebo, figura en bronce de la segunda mitad del siglo I que se encuentra en una de las salas del Museo Arqueológico de Córdoba. “Pareciera que la hubieran hecho ayer”, dice. Y en cierta medida «ayer» puede significar eso, especialmente para alguien que trabaja con restos de hace 450.000 años. Que 2.000 años no son nada, o poco, al menos para la evolución del ser humano.
Arsuaga viste chaqueta blanca con listas marino y pañuelo azulón para proteger una garganta por la que hace cinco días que no pasa una pizca de nicotina. Como buen reciente exfumador es algo que tiene presente y verbaliza. “El museo es una maravilla”, añade. Hasta el punto de que trabaja directamente con su directora, María Dolores Baena, en futuros proyectos de colaboración entre el espacio cordobés y el Museo de la Evolución Humana. Pero eso es otra historia. (seguir leyendo y escuchar la entrevista en radiocordoba.es)